Innovación Subnacional en Latinoamérica: el nuevo mapa del poder económico (y por qué todo funcionario debería leer este estudio antes del café)

Innovación Subnacional en Latinoamérica.

Imagínate que las regiones de América Latina fueran como corredores en una gran pista de atletismo. Todas con sus zapatillas listas, algunos experimentados, otros apenas aprendiendo a moverse en un carril lleno de obstáculos. Ahora imagina que del otro lado de la pista, calentando como si fueran a correr un maratón casual, están los estados de Estados Unidos. Pues bien: eso es, metafóricamente, lo que muestra el Latin American Subnational Innovation Competitiveness Index 2.0 (LASICI 2025). Este estudio, desarrollado por ITIF, no es un reporte más para acumular polvo en un escritorio. Es, en esencia, un espejo. Un espejo que le dice a los Gobernadores, Presidentes Municipales, Secretarios y Directores no lo que quieren escuchar, sino lo que necesitan saber: no todas las regiones están avanzando al mismo ritmo, y ese ritmo definirá cómo se reparte la riqueza en las próximas décadas.

El LASICI es una especie de “GPS competitivo”. Evalúa a más de 200 regiones en 13 indicadores que van desde la adopción tecnológica hasta el talento científico, pasando por banda ancha, productividad, patentes, emprendimiento y exportaciones de alta tecnología. Para cualquiera que tome decisiones públicas, este estudio debería convertirse en lectura de cabecera. Porque, al final del día, gobernar también significa elegir el camino correcto cuando hay muchas rutas posibles. Pues los resultados nos muestran luces que brillan y sombras que preocupan.

Si este estudio fuera una novela, el capítulo inicial tendría un giro nada inesperado: los primeros 28 lugares del ranking los ocupan estados de EE. UU.. No es una sorpresa, claro, pero ver la distancia con América Latina es como comparar un auto que ya es autónomo con otro que sigue necesitando carburador. Sin embargo, la historia se pone interesante en los siguientes capítulos. Cuando empezamos a ver a las regiones latinoamericanas, surgen protagonistas que tal vez no esperábamos: Boyacá, en Colombia, se cuela entre los primeros 30 lugares globales. Ciudad de México, con todo su caos y talento, aparece en el lugar 33. Baja California Sur, muchas veces vista solo como destino turístico, emerge como un jugador competitivo en innovación.

Pero la narrativa también tiene su antagonista: la desigualdad territorial. Mientras algunas regiones corren a velocidad profesional, otras apenas están atándose los zapatos. El estudio muestra una brecha profunda entre las zonas metropolitanas —donde florecen empresas, instituciones académicas y ecosistemas de innovación— y las regiones más rurales o dependientes de industrias tradicionales.

México, en particular, aparece como un país con “islas de innovación”. Por un lado, los estados del norte muestran fuerza exportadora y capacidad tecnológica que los conecta directamente con las cadenas globales del nearshoring. Por el otro, zonas que siguen rezagadas en conectividad, talento especializado y adopción tecnológica continúan fuera de la conversación sobre competitividad del siglo XXI. Es como si tuviéramos dos Méxicos: uno listo para competir en la economía digital, y otro atrapado en procesos administrativos de otra época.

Llegados a este punto, cualquier lector pensaría: “Perfecto, ya sé el diagnóstico. Pero —¿qué hago con esta información?”. El LASICI ofrece una hoja de ruta clara, casi como una receta para que los gobiernos modernicen su funcionamiento. Acá te explico de manera sencilla algunas de las conclusiones más destacadas.

  1. Invertir más en investigación y desarrollo: Sin ciencia no hay innovación. Y sin innovación, no hay competitividad. Es así de directo.
  2. Formar talento especializado: Las regiones que avanzan no lo hacen por casualidad, tienen ingenieros, técnicos, científicos y profesionales capaces de resolver problemas complejos. El talento es el motor del desarrollo moderno.
  3. Acelerar la conectividad digital: Un gobierno que opera sin banda ancha robusta es como intentar transmitir un partido en vivo con señal de antena vieja. Simplemente no da.
  4. Impulsar el emprendimiento y el capital de riesgo: Las buenas ideas necesitan capital para convertirse en industrias reales. En muchos lugares, las startups nacen, pero no sobreviven por falta de financiamiento.
  5. Diseñar estrategias regionales diferenciadas: No todos los estados deben competir en lo mismo. Las políticas “copiar-pegar” están obsoletas. Cada región debe jugar con sus propias fortalezas.

 

En resumen: el estudio invita a los gobiernos a actualizar su sistema operativo institucional, no solo a ponerle “parches”. Porque el mundo compite en tiempo real, y quienes no evolucionen quedarán fuera de la conversación económica.

Y aquí es donde nuestra historia cruza caminos con la realidad. En ESZ Smart Solutions llevamos años acompañando a gobiernos que quieren modernizarse, pero que necesitan un mapa, una estrategia y un aliado técnico que entienda sus desafíos. Lo que dice el LASICI 2.0 no nos sorprende; lo vemos todos los días: la competitividad ya no depende de la voluntad política, sino del diseño, la tecnología y los datos. La simplificación de trámites, la interoperabilidad, la digitalización profunda y las plataformas inteligentes no son “lujos”, sino los cimientos del desarrollo moderno.

Nuestro papel no es vender soluciones mágicas. Es ayudar a que los gobiernos construyan ecosistemas reales, donde la innovación sea cotidiana y no un discurso de campaña. Y para muestra, un botón.

Se llama Tramitapp.

En un mundo donde las regiones compiten entre sí —por inversión, talento, empresas y bienestar— este estudio es un recordatorio claro: quien no acelera, se queda atrás. Y en esa carrera, en ESZ estamos aquí para acompañar, guiar y construir el futuro de los gobiernos, paso a paso.

Te compartimos el enlace al estudio completo y te invitamos a seguir la conversación.

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